El C.B. Canarias consiguió su undécima victoria, a pesar de todos los inconvenientes que se encontró. El aficionado cruzó los dedos cuando apenas faltaban tres segundo para finalizar el encuentro.
El partido se caracterizó por la tensión, un mano a mano, donde la emoción estuvo presente hasta el final, con un 71-68 a favor de los aurinegros.
La contienda comenzó con la primera en la frente por parte canarista, triple de Levi Rost. Los pupilos del técnico Alejandro Martínez salieron muy concentrados, con ganas de agradar a su público, y en cinco minutos, fueron el director de orquesta y el equipo badalonés, meros espectadores, como así lo refleja el 14 a 4 que señalaba el electrónico, que se mostró con nivel de confianza altísimo.
Los tiempos muertos de Salva Maldonado, los cambios y los ajustes en defensa, lograron que el FIATC Joventut, fuera entrando en el encuentro. Hasta el punto, y cuando el electrónico señalaba un apretado 14-11, sería, esta vez, el técnico aurinegro, quien paró el encuentro, y llevar a su jugadores las consignas sobre "no perder la intensidad defensiva". Con un C.B. Canarias, algo atolondrado, sólo pudo conseguir un punto más, y llegar final del primer cuarto con un 15 a 16.
El segundo cuarto, fue un pausado cambio de canastas, donde los artífices de este periodo fueron Blagota Sekulić y Ricardo Úriz, sin desmerecer la gran labor del grupo, que le encajó un parcial de 10-2 a los verdinegros.
Tras el descanso, fue Blagota Sekulić quien abrió el marcador, que ganaba con el paso del tiempo en emoción. El FIATC Joventut, comenzó a ser impreciso, y sus continuas pérdidas de balón, fueron castigados con canastas por los aurinegros, además de ir a línea de 4,60 en repetidas ocasiones, finalizando este cuarto con un 55-44.
Y llegó el momento de la verdad, el último cuarto, donde los 14 puntos que atesoraba el Canarias, fueron cayendo uno a uno paulatinamente, y sin que nadie pusiera remedio a la situación, pero un providencial triple de Saúl Blanco (71-65) hacía respirar al aficionado, pero Corey Fisher, autor de 28 puntos, nos ponía el miedo en el cuerpo. Con un 71 a 68, tres segundos por jugar, y balón en manos de los verdinegros, los aurinegros apretaron los dientes en defensa, y el tiro de tres que intentaron se erró, y la afición extasiada saltó de alegría, aplaudiendo el esfuerzo de nuestro equipo.
Mención especial tuvo la afición, que con más de 4.200 gargantas se convertían en un factor importante en el encuentro ante otro nuevo y desastroso arbitraje.
¡VAMOS CANARIAS!