El C.B. Canarias, perdió ante uno de los posibles rivales directos, ICL Manresa por 65 a 71. Y es que cuando la ansiedad es tu sombra, se producen situaciones como la de ayer domingo en el Pabellón Santiago Martín; imprecisión, mala selección en el tiro, estáticos en ataque, un anémico porcentaje desde la línea de 6,75 y, sobre todo, la mala dirección.
Estos y otros fueron los elementos que definieron el juego de nuestro Canarias. Daba la sensación que la ansiedad, desconcentraba al equipo, consecuencia de ello es que estuvimos casi todo el encuentro por debajo en el marcador a expensa del nefasto arbitro Hierrezuelo, quien parece que no la tiene jurada.
Con la entrada en cancha Petit Niang, coronó las revoluciones del equipo y de la afición, con sus rebotes, su intimidación y sus 9 puntos nos subía la adrenalina, parando al gigante Dejan Musli que sus 2,13 era hasta ese momento dueño de la zona, pero todo cambió tras su cambio, volviendo a ese juego donde no pudimos correr y con muchas vacilaciones.
Ahora toca, corregir errores, continuar trabajando y preparar el próximo encuentro ante uno de los grandes de la Liga Endesa; Laboral Kutxa Baskonia.
Destacar el debut de Saúl Blanco, quien tras su lesión jugó 21:30, observando su buen estado de forma.
Finalmente, es fácil decirlo, pero debemos intentar dejar la ansiedad en el vestuario, y salir a morder los encuentros. Confiamos ciegamente en el equipo y Txus, que serán capaces de darnos muchas alegrías.
¡VAMOS EQUIPO!
¡VAMOS CANARIAS!