Nuestro equipo cayó derrotado (78-80), no sólo por nuestros propios errores, ante el equipo veneciano, conjunto duro y muy físico, sino principalmente, por el despropósito del trío arbitral, sobre todo el árbitro principal, que consciente y flagrantemente pitaba CONTRA EL QUE JUSTAMENTE NO DABA LEÑA.
¡Claro que pesó las dos prórrogas de Murcia! Pero también, pesó y fue determinante, y que marcó el devenir del encuentro, la actuación del trío arbitral. Quienes penalizaron una y otra vez al conjunto aurinegro. Mientras que el equipo italiano parecía “Teresa de Calcuta”. El instigador y promotor era el árbitro principal de origen rumano, que siguió montando el espectáculo hasta el final, pidiendo protección por si le daban un mamporro. ¡No nos conoce chaval! Eso pasará en tu país, aquí no…
La próxima vez pide un partido donde te puedas divertir tu solo, pero en tu país.
¡VAMOS CANARIAS!